Muchas veces los maquetadores, diseñadores y los propios fotógrafos, recurrimos al Photoshop para retocar según que fotos, para tratarlas y darles el contraste, el brillo o la saturación necesarias para que salgan bien impresas.
Eso en el diario donde trabajo se llama Tratamiento fotográfico (el gran Ray y Anita controlan un montón el tema) y no supone una alteración de la realidad ni de la foto en sí. No es comparable, por tanto, a lo que a veces se hace en algunas fotografías.
Ya no me refiero sólo a los retoques de las revistas de moda, belleza, corazón… en las que las modelos (o la Preysler) parecen sus primas guapas en lugar de ellas mismas.
Vale, también por el maquillaje y los estilismos, sí. Pero sobre todo por la mano del Photoshop, y del que lo maneja, claro.
Esto no me parecería mal hasta cierto punto. Es decir, usar una herramienta de retoque digital para hacer más atractivo el producto que estás vendiendo, limando pequeñas cosas, haciendo pequeños ajustes.
Pero eso es una cosa, y cambiar completamente ese producto, es otra.
Y no sólo en revistas pasa esto, también en la prensa «seria» vemos ejemplos de burdos retoques y montajes que a veces no vienen mucho a cuento.
Sobre esto último he encontrado un post en Que sabes de… que recoge 10 ejemplos de retoques-chapuza en prensa. Merece la pena echarle un vistazo.
AlgoCreativoONo 